Qué hacer cuando hay erratas: Prácticas recomendadas para la comunicación de erratas, remociones e inquietudes

22 Jul 2024 Sandra Stevens

Por Todd A. Carpenter, director ejecutivo de la Organización Nacional para Estándares en la Información (NISO, en inglés)

 

La confianza es la base de las publicaciones académicas y es lo que las separa de todas las demás. Otros tipos de publicaciones tienen sus propias bases; como la puntualidad para las noticias, el entretenimiento de la ficción, el atractivo visual del diseño gráfico o las publicaciones sobre fotografía, o la precisión de los documentos legales. Algunos de los procedimientos de publicación de estas bases son evidentes, pero otros no tanto. Para establecer la veracidad y confianza de un argumento en un artículo o monografía, hay que invertir bastante tiempo y esfuerzo en evaluar, en revisiones por pares y prácticas para citar correctamente. Idealmente, los argumentos se justifican ya sea haciendo referencia a trabajos anteriores o a través de procesos de investigación documentados que producen los datos que sustentan las conclusiones. Los expertos verifican las ideas antes de su publicación. Así, existe una red de conexiones que justifica la confianza y valida el resultado publicado. Aunque claro, no vivimos en un mundo ideal y no hay quien pueda afirmar que este proceso es perfecto.

Otra parte importante de esta red de confianza es el proceso de corrección de errores. Cuando se determina que hay un error, ya sea por equivocación o incluso en las extremas circunstancias en las que es fraudulento, existen procesos para hacer correcciones. La manera en la que las publicaciones académicas se retractan, retiran información o expresan inquietudes también son otro elemento importante en la base de confianza que distingue a las comunicaciones académicas de otro tipo de publicaciones.

Sin embargo, no ha habido una manera consistente en que la comunidad pueda compartir presentar o comunicar el estatus de las erratas en el trabajo académico. Eso hasta hace dos semanas, cuando la NISO publicó un nuevo documento sobre prácticas recomendadas bajo el título de Comunicación de retracciones, eliminación y expresión de inquietudes (CREC, en inglés). La meta de la recomendación CREC es “establecer las prácticas para la creación, transferencia y presentación de metadatos tanto para la publicación original como para la errata, eliminación o inquietud. Esto con el fin de facilitar de manera oportuna y eficiente la comunicación de la información a todos los interesados e involucrados”. Cabe señalar que la CREC no toma en cuenta las razones o el proceso de toma de decisiones asociado con el porqué una publicación tuvo que retractarse, ser eliminada o publicó una inquietud. Esto es porque el Comité para la Ética Editorial (COPE, en inglés) ya ha proporcionado lineamientos que están bien establecidos para estas actividades.

El proyecto de la CREC fue lanzado como resultado de la conferencia 2021 NISO Plus, donde surgió como una de las ideas principales generadas por las participantes. Con el apoyo subsecuente de la Fundación Alfred P. Sloan, un grupo de trabajo de NISO de más de veinticuatro editoriales, intermediarios, bibliotecarios e investigadoras unieron esfuerzos para presentar una serie de recomendaciones.

Si bien algunas editoriales son consistentes, a nivel interno, en cuanto a su publicación de erratas, esta consistencia no se propaga a lo largo de todo el ecosistema académico. Tener prácticas consistentes a lo largo de toda la comunidad es clave para garantizar que las erratas en la investigación no se reutilicen en otras investigaciones. La profesora Jodi Schneider de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign ha conducido varios estudios relacionados con la propagación de investigación con erratas. Desafortunadamente, con frecuencia la investigación retractada sigue siendo utilizada después de la publicación de la errata. La colíder del grupo de trabajo CREC, Caitlin Bakker, bibliotecaria de Tecnologías de Descubrimiento en la Universidad de Regina y otros también han estudiado las retracciones en la literatura de la salud pública y las inconsistencias en su representación.

Las nuevas prácticas recomendadas de NISO, comienzan con el uso consistente de terminología que está basada en el trabajo hecho por la COPE y otros grupos de la industria. Habiendo creado la terminología, el grupo de trabajo se dio a la tarea de desarrollar una serie de protocolos para catalogar, nombrar y decidir cómo presentar el nuevo sistema a los lectores de manera visual. Las recomendaciones proporcionan lineamientos sobre los mecanismos de distribución de metadatos relacionados con las erratas y retractos.

Por ejemplo, un primer paso importante es que las editoriales deben añadir “RETRACTADO:” en el título del artículo (tanto en las versiones PDF como las de HTML). Ser consistentes con la visualización de las marcas de agua en el contenido de las páginas de acceso también es importante. Las erratas deberían ser publicadas por separado y se debe poder tener acceso a ellas de manera gratuita. Además, deben estar ligadas al contenido original, que deberá tener las etiquetas correctas. También se ofrecen lineamientos para eliminar una publicación por completo, si esa es la decisión correcta.

El documento tiene toda una sección que describe cómo implementar varios de los elementos en las recomendaciones, así como instrucciones para compartir esta información dentro del ecosistema. Esa sección describe cómo las editoriales deben darse a la tarea de informar a los responsables de los objetos relacionados (como prepublicaciones, bases de datos, etc.), cuando sea factible y apropiado, sobre el estado de la errata. Los agregadores, servicios de descubrimiento y servicios de preservación también deberían recibir los metadatos sobre las erratas.

El documento también describe un conjunto de metadatos robusto para apoyar con la propagación de erratas dentro del ecosistema académico. Una gran parte del documento define los elementos relacionados con los metadatos asociados a la errata. Los elementos de los metadatos están definidos como “Esenciales”, “Esenciales si están disponibles”, o “Recomendados”. Hay veintitrés elementos de metadatos para publicaciones que se retractan; ocho son esenciales, catorce son esenciales si están disponibles y uno es recomendado. Para fe de erratas o expresión de inquietudes hay veinte campos de metadatos adicionales definidos, de los cuales ocho son esenciales, dos son esenciales si están disponibles y diez son recomendados. Además, estos campos también están asociados a elementos/atributos JATS relevantes para garantizar una comunicación clara con los involucrados en la cadena de suministro de metadatos.

En un ambiente digital, los metadatos sobre la publicación que se retracta son tan importantes en el ecosistema de la literatura académica como su representación en línea. Si bien los humanos pueden ver y entender las pistas visuales sobre el estado de una errata, los sistemas digitales dependen de los metadatos para presentar resultados de búsqueda, presentar gráficas sobre conocimiento académico y apoyar a los sistemas de manejo de citas. La distribución consistente de estos metadatos legibles para las máquinas en el ecosistema es crucial para evitar compartir los objetos que se retractaron.

Por ejemplo, si una investigadora revisa un artículo en su software de gestión de investigación, y este se retracta después de que ella revisó el artículo, es posible que la referencia perdure en el artículo que ella escribe. Sin embargo, si las prácticas recomendadas en las CREC son implementadas por completo en ese software, el proceso de publicación podría revisar las DOIs de los artículos a los que se hace referencia para obtener un reporte del estado actual de las erratas en dichos artículos. Si la herramienta detecta que una publicación se retractó, esa referencia podría ser marcada para ser eliminada antes de la publicación. Si es necesario, sería posible revisar cómo esa acción afecta al artículo y ver si esa cita es importante para el trabajo a futuro. Algunas herramientas ya cuentan con esta función, pero los metadatos sobre las erratas no completan los campos de manera consistente. En estos escenarios, la transparencia es crítica y más importante de lo que es asignar culpabilidad.

La justificación de la errata puede ser descrita en el modelo de metadatos, pero no es requerida ni es crucial para entender qué trabajo ya no es fiable y por lo tanto no debe ser citado como contenido científico. Se recomienda que la fe de erratas incluya una razón que explique el error y, cuando aplique, un aviso de eliminación de la publicación debería incluir una explicación que aclare porqué la publicación ha sido eliminada. Si bien una taxonomía de razones detrás de una publicación eliminada tiene el potencial de ser útil, se consideró que queda más allá del alcance de este proyecto, aunque queda en consideración como elemento de trabajo a futuro.

La integridad de la investigación ha sido un tema de conversación importante durante los últimos años, ya que ha habido un incremento en los artículos que se retractan y la atención al tema se ha extendido fuera de los lugares comunes a las publicaciones académicas; atrayendo la atención de medios como The Washington PostThe Wall Street Journal y otros. Las editoriales académicas llevan tiempo tomando muy en serio el cuidado y manejo de los registros académicos. Idealmente, la adopción de las recomendaciones de este proyecto continuará apoyando esa misión.

Las prácticas recomendadas CREC de NISO están disponibles de manera gratuita en https://www.niso.org/standards-committees/crec.  La NISO tendrá un seminario en línea público sobre las prácticas recomendadas el martes 23 de julio de 2024 a las 10:00am ET. Más información y discusiones públicas sobre el proyecto ocurrirán tanto en persona como virtualmente, y habrá más materiales didácticos en el futuro.

Publicado en el blog The Scholarly Kitchen el 16 de julio de 2024

 

Traductor: Pedro Díaz